ESTA ES MI HISTORIA ...

En 2015 comenzó todo. No fue un comienzo épico, fue un grito silencioso desde lo más profundo.
No tengo fotos de "antes", porque ni siquiera quería mirarme al espejo.

Estaba extremadamente delgado, con un trastorno de alimentación que me estaba apagando por dentro.

Usaba sudaderas incluso en verano para esconder un cuerpo que me avergonzaba.

No era solo físico… era emocional. Me desmayaba en clase, no tenía energía, ni ganas, ni dirección. Fue entonces cuando algunos profesores me sugirieron empezar a entrenar. Esa simple recomendación cambió el rumbo de mi vida.

Al principio estaba perdido. No sabía qué hacer en el gimnasio, me sentía ridículo, desmotivado…

Pero pedí ayuda. Un entrenador local me echó una mano y poco a poco empecé a ver cambios. No solo en mi cuerpo, también en mi mente.

Pero la lucha no era solo física. Mientras mis amigos tenían pareja, yo me sentía invisible. Solo. Roto. Llegué a caer en una depresión que casi termina conmigo.

Me sentía como si nadie me quisiera. Como si yo no importara.

Hasta que un día, decidí que tenía que cambiar. No por nadie más… por mí.

Busqué ayuda. Aprendí. Leí. Probé. Fracasé. Volví a intentarlo. Y con el tiempo, me empecé a ver distinto en el espejo.
Más fuerte. Más seguro. Con más amor propio.

El gimnasio se convirtió en mi refugio. En mi cable a tierra.
Pasara lo que pasara —rupturas, problemas, momentos oscuros— el entrenamiento siempre estuvo ahí para recordarme de lo que soy capaz.

Hoy, después de 10 años entrenando, tengo 25 años y el fitness ya no es un esfuerzo: es parte de mi identidad.
Lo que un día fue una vía de escape, hoy es mi propósito de vida.

Soy Cristian Trillo.
Y en los últimos 4 años he ayudado a más de 470 personas a transformar su cuerpo… y su mentalidad.

No vendo rutinas. No vendo planes.
Te enseño a reconectar contigo mismo a través del entrenamiento y la nutrición.



¿Estás listo para dejar de esconderte y empezar a construir tu mejor versión?
Porque si yo lo conseguí empezando desde el vacío…
Tú también puedes.